Unidad de ICTUS
El ictus (ACV) es la interrupción del aporte de sangre a una zona del cerebro que provoca una alteración en su funcionamiento.
Es más común en personas mayores aunque está aumentando la incidencia en otras edades.
¿Cómo trabajamos?
En Peroca contamos con un equipo Especializado que trabaja de forma coordinada ofreciendo un tratamiento adecuado a las necesidades del paciente.
Para minimizar sus efectos el paciente debe ser atendido lo antes posible, por ello el primer paso es reconocerlo. Los síntomas de alerta de ictus son variados y van a depender de la afectación, pero no suelen ir acompañados de dolor.
Los más característicos son:
– Pérdida de fuerza en la cara, el brazo o una pierna, especialmente en uno de los lados del cuerpo (derecho o izquierdo)
– Confusión repentina, desorientación o pérdida de conciencia
– Aparición brusca de problemas para hablar, articular las palabras y/o comprender.
– Dificultad para andar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación
– Problemas repentinos de visión en uno o los dos ojos
– Dolor de cabeza fuerte sin causa conocida
– Vómitos
Ante sospecha de un ictus podemos realizar las siguientes pruebas que nos ayudarán a identificarlo:
Pedir que sonría: observar si existe asimetría.
Pedir que extienda los brazos al frente: tendremos sospechas si no puede levantarlo.
Pedir que repita una frase habitual: si observamos dificultades en el habla (utilización de palabras incorrecta, imposibilidad de hablar…) debemos sospechar.
Ante cualquier alerta debemos ponernos en contacto con los servicios médicos.
Tras un ictus debe iniciarse la rehabilitación lo antes posible. Entre sus objetivos está reducir las consecuencias que el paciente haya sufrido tras el ictus y facilitar la normalización a la vida diaria. Por ello, tanto la familia como el paciente tienen que colaborar en el proceso de rehabilitación.
El programa de rehabilitación incluye la participación del psicólogo/neuropsicólogo, el fisioterapeuta y el logopeda como profesionales que forman parte de nuestra terapia. El fisioterapeuta se encargará del entrenamiento muscular para los pacientes con afectación motora o de equilibrio. Por otro lado, el logopeda se encargará del trabajo en las dificultades de la comunicación y la deglución. La especialidad de neuropsicología trabajará las dificultades a nivel cognitivo y desde el ámbito de la psicología se abordará los problemas emocionales tanto del paciente como del entorno.
En Peroca proponemos terapias intensivas adaptadas a cada paciente, y a la fase de afectación en la que se encuentre. Se basan en la asistencia personalizada de nuestro equipo especializado, además de contar con otros profesionales externos como terapeutas ocupacionales, si el tratamiento del paciente lo requiriese. Este tratamiento consiste en la realización de dos a tres terapias al día durante 3 o 4 días a la semana, en un periodo de duración de 4 a 8 semanas, según resultados del estudio de cada usuario.
El tratamiento intensivo tras un ictus ha demostrado ser el más efectivo para conseguir el máximo potencial en la rehabilitación, junto a la inmediatez en el inicio del tratamiento.
¿DÓNDE ESTAMOS?
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