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La respiración es
una de las funciones principales de los organismos vivos.

Gracias a ella obtenemos el oxígeno, el cual es un elemento fundamental para
poder fabricar la energía que necesitamos. Respirar de forma correcta ayuda a
mejorar el funcionamiento de nuestro cuerpo. De ahí, que sea tan importante
saber respirar para poder combatir la ansiedad. Para ello, recomendamos
realizar ejercicios de RESPIRACIÓN
DIAFRAGMÁTICA.

Cuando
tenemos ansiedad, nuestra respiración se acelera
entrando
más oxígeno, pero liberando más CO2, induciendo el fenómeno de la
hiperventilación
generando
sensaciones de hormigueo, calambres, mareo, oleadas de frío y calor, tensión
muscular, flojera de piernas, perturbaciones visuales, palpitaciones, temblores,
etc.

La
respiración diafragmática
es una técnica
que se utiliza para reducir o prevenir la sobre-activación fisiológica
producida por la ansiedad.
Respirando de esta manera entrará gran cantidad
de aire a la zona baja de los pulmones provocando una mejor ventilación. El
movimiento del diafragma, además, promueve la relajación, provocando el
efecto contrario a la hiperventilación, y por consiguiente la reducción de
los síntomas relacionados con ella

Ejercicio de
respiración diafragmática



1. Busca un lugar cómodo, en el que haya silencio y una temperatura
agradable.
2. Túmbate boca arriba. Pon una mano en el pecho y la otra en el
abdomen, para asegurarte de que llevas el aire que aspiras a la parte de debajo
de los pulmones, sin mover el pecho.

3. Antes de empezar, expulsa todo el aire varias veces para vaciar
bien los pulmones esto hará que tengas necesidad de inspirar más profundamente.

4. Inspira y coge aire por la nariz lentamente, llévalo a la parte de abajo de
tus pulmones como si inflaras un poco el abdomen, como si quisieras empujar
hacia arriba la mano que está sobre él, cuenta hasta 5 mentalmente. (Se ha de
mover la mano que tienes apoyada en el abdomen, no la del pecho).

5. Mantén el aire sin expulsarlo contando hasta 3 mentalmente.
6. Expira, expulsa el aire por la boca lentamente, hundiendo levemente
el abdomen e intentando no mover el pecho. Hazlo contando de nuevo hasta 5
mentalmente.
7. Mantente durante un instante con los pulmones vacíos, siente cómo
te relajas, y en cuanto sientas que necesitas inspirar, hazlo profunda y
lentamente volviendo a sentir como se llenan tus pulmones de aire y tu abdomen
se vuelve a hinchar.




IMPORTANTE: 

– Controlar tanto la
velocidad en la respiración como la cantidad de aire inspirado.


– Siempre se ha de seguir un ritmo lento y pausado. 

– Si se inspira demasiado profundo o demasiado rápido se puede llegar a sentir
un ligero mareo (provocado por hiperventilación o demasiado oxígeno en la
sangre). Si esto ocurriera, descansar unos minutos hasta encontrarnos mejor
para, luego, continuar adaptando el ritmo. 
– Practica este ejercicio de respiración diafragmática diariamente, al menos 2
veces, de 10 minutos cada una. Cuando ya domines este método tumbado, es el
momento de practicarlo en otras posiciones (sentado, de pie, andando) y en
diferentes situaciones y lugares.



EL OBJETIVO DE LA
RESPIRACIÓN DIAFRAGMÁTICA ES CONTROLAR LA ANSIEDAD, NO ELIMINARLA TOTALMENTE